Extraño los sábados a la mañana. Las extraño a ustedes. Extraño nuestro ritual. Levantarme temprano e ir a su encuentro. Mi momento. Nuestro momento. Charlas y mimos entre tazas de té con azúcar. Música suave. Olor a paz y tranquilidad. Mi lugar de contención. El rayo de sol que entraba por la ventana calentando el ambiente.
Cambiaba el ritmo de mi corazón al entrar. Se apaciguaba.
A veces películas, otras llanto, unas cuantas charla y varias de introspección. Amor ante todo. Dulzura. Esos brazos abiertos que me esperaban para curarme de la semana laboral. Siempre la palabra justa. La caricia necesitada. No hacia falta pedirla, ustedes estaban. Estábamos.
Cambiaba el ritmo de mi corazón al entrar. Se apaciguaba.
A veces películas, otras llanto, unas cuantas charla y varias de introspección. Amor ante todo. Dulzura. Esos brazos abiertos que me esperaban para curarme de la semana laboral. Siempre la palabra justa. La caricia necesitada. No hacia falta pedirla, ustedes estaban. Estábamos.
3 comentarios:
te agarró el bajón melancólico eh... a todos nos pasa...
un beso...xoxo
Ambigüedad, eso genera leer tu post sin tener el beneplácito de saber el contexto.
Antonio
Pd: "Las extrañas" podrían ser voces que escuchabas antes de tu insania...insania que manifestas a viva voz
Yasequeestoyloca,
No es bajón, es que me doy cuenta de lo que necesitaba ese espacio, ese lugar ..
Antonio,
Y me gusta que así sea. Acaso a vos no?
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