jueves, 31 de mayo de 2007

Caer...

Me gustaría saber que me puedo caer y vas a estar dispuesto a levantarme. Aunque no lo vaya a hacer. Me gustaría saber que me puedo apoyar en vos. Me gustaría sentir que pase lo que pase vas a estar, porque por mas fuerte que me veas soy de piel y hueso. Soy débil y flaqueo. Y si, espero un abrazo tuyo en ese momento, un empujón o aunque sea una palabra de aliento.

Sé que puedo dar otra imagen, sé que suelo mostrarme fuerte, omnipotente y hasta a veces un un huracán que se lleva todo por delante.

Pero no. No soy así. Es solo una careta que me pongo para poder transitar en este mundo lleno de banalidades.

lunes, 28 de mayo de 2007

Un domingo de marzo

Volvía a casa distraída como siempre y un poco agotada después de un día afuera. El estaba en el suelo, doblado de dolor. Anónimo como muchos otros extranjeros que nos regalan los países vecinos.

El llevaba una campera de cuero a pesar del calor. Yo solo un jean y una musculosa.

Hice una pregunta estúpida, como tantas otras veces, pero esta vez sirvió para detectar una necesidad, un pedido de ayuda... una urgencia.

Busque un taxi y subimos junto con su hermano. El taxista entendió rápidamente lo que nos urgía y busco complacernos. Los semáforos estuvieron de nuestro lado al igual que el azar que quiso que nos encontráramos.

Llegamos al hospital. La angustia que sentía al ver el dolor en su rostro era la que me movilizaba. Reía para no llorar y lo acariciaba como si fuera mi novio. Claro esta que no lo era.

Sentía impotencia y rabia. La atención sé hacia rogar y el dolor era cada vez mas fuerte. Lagrimas caían de sus ojos. Mientras acariciaba su pelo, le susurraba al oído lo que iba sucediendo. Buscaba tranquilizarlo, ayudarlo, y hasta cumplir con un rol que no me correspondía.

Me veía en una película muda, esas en blanco y negro. Cualquiera al que le contara lo sucedido ese domingo lo tildaría de surreal.

Mi desesperación era tal que conseguí la atención de un enfermero y hasta el de una doctora. Entre enfermos y urgencias, fue atendido y operado. Ese dolor fue extirpado, su herida sanada. Su abdomen hoy registra esa marca.

Entre fiebre y suero me despedí de el, dejándole mi numero telefónico por cualquier cosa y una botella de agua que compré a las apuradas. Tal vez por la culpa que me generaba partir, pero el horario y saber que el deber me llamaría a la mañana siguiente, me forzaron a irme y dejarlo en el frío hospital y con la angustia en las manos.

Aun no sé que fue lo que me llevo a actuar así. Aun no se como el miedo que sentí al darme cuenta de la inconsciencia que cometía, no me paralizó.

Como otras historias, esta terminó bien. Yo me sentí ángel por unas horas. Él eternamente agradecido.

jueves, 24 de mayo de 2007

Ruido

Vuelvo a casa después de un largo día de trabajo. Bah! Largo como todos los días de trabajo y un poco más corto que los últimos.

Subo al subte y me molesta el ruido. Me molesta el barullo general pero reparo en un sonido particular que me inquieta mas que el resto. Uno que me taladra la sien. Un ruido que me aturde y que se mete en mi cabeza. Ese que me avisa que las puertas se cerraran en breve. Ese que es demasiado largo para ser solo un aviso y se repite en todas y cada una de las eternas estaciones de la línea D.

Bajo del subte en la terminal y me paro en la escalera mecánica que me llevará hasta la avenida. Mas ruido. Bocinazos, motores de todo tipo, conversaciones, un avion que surca el cielo. Hasta el sonido del viento me molesta. Pareciera que solo yo lo percibo. La gente transita como si nada, como si en lugar de este caos, existiera silencio, paz, vacío. Yo en cambio debo tener la mejor cara de desencajada. Me fastidia este bochinche. Me fastidian todos los ruidos. Quiero llegar a mi casa! Como si tuviera garantizado que allí no habrá sonido alguno.

Subo al colectivo. El murmullo de la gente que conversa, el ruido del motor del vehículo, la puerta que se abre y se cierra, un celular que suena reiteradas veces, la maquina de boletos. Evidentemente mi cabeza ya tiene suficiente trabajo con el ruido de mis pensamientos. Podré apagarlos aunque sea un rato?

miércoles, 23 de mayo de 2007

Volver al colegio

Llegue al aula sobre la hora. Al pararme en la puerta el ya estaba saludando e indicándome que había un lugar libre junto a él. La clase comenzó y el tema llevaba al debate constantemente. El profesor hablaba en forma continua con un tono grave y en forma monótona.

Desplegué mis papeles en forma desordenada sobre el escritorio y comencé a conversar con otro compañero. Segundos mas tarde me deslizó un papelito con un mensaje. Era como si hubiera vuelto al colegio. Tal vez por su corta edad. Recordé travesuras y picardías del colegio secundario. Claro está que ya había pasado esa etapa hacia tiempo, o se suponía que debería haberla pasado ya.

Él tenía una sonrisa amplia, que invitaba. Sus ojos marrones transmitían sinceridad. Mentiría si dijera que desde que lo vi sentado en la primera clase no me llamo la atención. Llegó 10 o 15 minutos después que yo y se sentó a un lugar mío. Su pelo endemoniado y su ropa casual, eran su escudo contra “esa gente”. A él solo se acercaba gente con buenas intenciones... o al menos eso me parecía.

La segunda clase me senté junto a él y me confesó que era tímido. Claro, todos lo somos cuando recién conocemos a alguien, o no? Aunque lo exteriorizamos de distinta manera.

Vuelvo a la clase. Si, a esa clase en la que me deslizó el papelito. No fue la primera ni la ultima en que algo así sucedió. Nos divertía, nos gustaba. Se rumoreaba que había algo más entre nosotros, aunque los dos sabíamos que no era así. Esperábamos la clase para hablar, vernos y contarnos lo vivido en esos días.

Me queda una duda... me habrá pasado solo a mi? Habrá sido una sensación mía? Una ilusión? Espero no haber estado sola en esa escondida, en ese juego, en esa clase...

martes, 22 de mayo de 2007

Valor

Cuánto vale un abrazo? E ir de la mano con un chico? Un beso sentido, por mas que sea en la mejilla? Este fin de semana recordé que valía mucho.

Este mundo tiene tal velocidad que no nos permitimos reparar en esas cosas. Una vorágine de cosas se suceden, mientras los días vuelan y nosotros perdemos nuestro tiempo en cosas que no lo valen.

Una cena con amigas. Reír con mis hermanas. Escuchar a un amigo a las 12 y pico de la noche, par que la angustia sea compartida. Una simple charla telefónica. Disfrutar de una siesta o el simple contacto de los pies descalzos con el piso frío.

Valen mucho mas que un yate. Cuestan mucho más que una Ferrari y me desvelan, afortunadamente, mucho más que un departamento en Miami.

lunes, 21 de mayo de 2007

Fotografía

No me prestó atención en toda la noche. A decir verdad, en varias ocasiones se acercó a mí para ver como estaba y si la estaba pasando bien, pero tengo esa tendencia a exagerar las cosas un poco.

Yo charlaba y me movía eléctricamente. Llevando y trayendo cosas de aquí y para allá, como si estuviera en mi propia casa. La verdad es que no lo era, tampoco de él. Era solo un huésped allí, un inquilino.

Sin embargo, y para mi sorpresa, cuando la gente comenzaba a marcharse se acercó a mí, e interrumpiendo mi juego, pidió que nos sacaran una foto. Me tomo por la cintura y acercó su cabeza a la mía.

Cualquiera que nos viera en aquel momento hubiera dicho que éramos algo mas que lo que en realidad éramos.

Tomó mi cintura y acercó mi cuerpo al suyo. Lo sentí cerca. Si hubiera leído su mente en ese momento, hubiera dicho que estaba feliz de encontrar un hombro donde apoyar su cabeza luego de tanto vivido. Que había encontrado donde descansar, alguien en quien apoyarse.

Sacó la foto en un solo movimiento, el mismo con el que se borró. Y así, como si nada, siguió con sus cosas. Charlando y sonriendo. Haciendo de buen anfitrión.
Espero que la foto se vuelva a repetir y que esta vez no sea yo quien lea su mente, sino sus labios que lo pronuncien.

jueves, 17 de mayo de 2007

Lloraría ...

Si mi vida se detuviera un momento, me pondría a llorar. Si dejara de ser este acontecer de situaciones, eventos y compromisos que no me permiten detenerme a pensar, lloraría. Serían lagrimas de tristeza, pero sin angustia. Esas lagrimas que se derraman en silencio y que no buscan atención.

Me sentaría en mi cama, descalza y al empezar a escribir en mi cuaderno. Pequeñas lagrimas rodarían por mis mejillas. Mojarían mi rostro. Tal vez en busca de un abrazo, quizás solo una palmada en la espalda.

Sería como dejarme caer. Desplomarme sin el menor reparo en el golpe que vendrá después.

Puede que sea cansancio de esta vida que vivimos o tal vez de la vorágine de la mía propia. Sea como fuere, si pudiera alcanzar al dueño del reloj de mi vida, se lo robaría, lo estrellaría contra la pared Después, sentada y con mi cara entre las manos, lloraría.

jueves, 10 de mayo de 2007

Mitos o verdades

Será verdad que si te barren los pies con la escoba te quedas soltera? O que si rompes un vidrio tenés 7 años de mala suerte? Y será cierto que si un hombre no te llama es porque no esta interesado en vos?

Yo creo fervientemente en la frase: querer es poder ...pero será también así para los hombres? Si quieren llamar, llaman? O entra algún otro factor mas en juego?

El otro día una amiga me contaba que su novio estaba pasando un mal momento, que no sabía que quería de su vida, y bue ...que andaba con la cabeza en otro lado y tal vez por eso el no apostaba por ella ....

QUE? Es una excusa!, pensé

Claro esta que yo tal vez no soy el mejor ejemplo, ya que soy bastante frontal y hasta medio kamikaze... pero si querés estar con alguien, no estas y listo? Y si tenés ganas de llamar, no llamas?

Otra situación viene a mi mente. El chico de una amiga vive lejos ( y con esto me refiero a 1 hora en auto de las afueras de Baires), esta a full con los exámenes, un viaje inminente y demás.... por eso prefiere dejar los encuentros al azar .... no es una manera delicada de echarle fly?

Ultima situación:

Ella: Quiero que nos veamos más, solo los viernes no me alcanza gordo!
El: Sabes que me estoy cambiando de laburo y estoy con mil cosas. Ahora no te puedo prometer nada mas que esto... es un momento jodido!

Seré yo, que amo tener la agenda llena de actividades y compromiso, o él está exagerando?

Puede ser que tengas tan ocupada la cabeza que no puedas llamar para ver en que anda o no pueda mandar un mensajito de texto? Tanto tiempo lleva eso?

Evidentemente soy mujer y esa faceta masculina no la voy a entender.

Hombres, ayúdenos a entenderlos un poco ....

martes, 8 de mayo de 2007

Algo ha cambiado

Es contrastante el frío de mis sabanas y esta cama vacía. Hasta hace minutos sentía su calor. Su piel contra la mía. Su cuerpo. Y ahora, sólo el frío de las sabanas.

Atrás quedaron las noches apasionadas y la desesperación.

El volvió, pero acompañado de tranquilidad. Persistencia y monotonía. Como ese sonido que al repetirse una y otra vez se vuelve costumbre. Al que nuestros oídos dejan de escuchar. Solo un sonido mas que atesta nuestra cabeza.

Parece increíble que esta persona que hoy solo me roza, ayer hubiera llegado tan adentro generando todo eso. Miedo, alegría, entusiasmo, pasión, y hasta ese no sé que.

Hoy lo escucho hablar y sus palabras pierden sentido a medida que salen de su boca ... se diluyen al entrar en contacto con el aire. Son palabras sueltas, ruidos sordos, oraciones sin sentido que se pierden cerca del río, donde yo tomo una cerveza y el un café.

Su piel tampoco genera lo de antes. Se ha vuelto insulso, gris. Una costumbre, un tramite mas en este mundo que nos fuerza y nos arrastra a la rutina.

viernes, 4 de mayo de 2007

El Arca

Ayer estuve en el cielo o en el paraíso. Se podría decir que fue bastante parecido a como imagino estos destinos. A decir verdad, se podrían decir tantas cosas! Aunque por el momento solo puedo describir lo que sentí.

No había entrado y ya me sentía bien recibida. Al pasar por aquella puerta, las cosas cambiaban: la oscuridad se convertía en luz, el silencio en música, y las sombras cobraban vida. El fuego invitaba a quedarse, y la gente también.

Se respiraba alegría, y mucha. Era un volver a casa, o mejor aun, llegar a una casa siempre anhelada. Al hogar. Mi compañero sintió lo mismo, estoy casi segura. Sería cursi que dijera que se respiraba amor, pero así era. Sobraban abrazos, caricias y sonrisas.

Disfraces, carcajadas y aplausos. Agradecimientos, ilusiones y miradas. Torta nunca falta y deseos de sobra. Anhelar, añorar.

Él pidió permiso para que lo acompañara a acostarse y hacia allá fui.

Tenés mama? me preguntó
Sí, y vos? contesté
Yo también, pero no vivo con ella. Este es mi hogar.

El también añoraba. Lamentablemente solo le dejé un beso en la frente y un hasta pronto! Él respondió con palabras dulces y caricias. Resignado tal vez, esperanzado seguramente con una nueva visita.

Me hubiera quedado mas tiempo, pero la noche era cada vez mas cerrada, el día pesaba en nuestros hombros y el viaje no era nada corto.

Bombones y más fuego. Ese fue el aliciente para emprender la vuelta.

Volverá a zarpar este barco? Seguro que si, solo esperemos que la próxima vuelva a ser con nosotros arriba...

miércoles, 2 de mayo de 2007

Desde adentro

Si pudiera abrir la ventana, saldría volando.

Desde adentro, veo el cielo azul. Profundo como pocas veces. Esta iluminado y da un marco increíble a esta ciudad. Hay nubes, pero de las blancas. Esas que dan sensación de mullidez. Pomposas. Las imagino blandas, suaves. Blanquísimas a la vista.

Pero yo estoy acá adentro. Encerrada.

Y si pudiera escapar? Saldría volando. Abriría las alas, desplegándolas, como quisiendo abarcar todo el cielo. Dejaría que el viento se colara por entre mis plumas y me hiciera cosquillas. Dejaría que ese mismo viento me secara las pupilas. Cerraría los ojos, y los abriría lo mas grande que pudiera para que los colores de este cielo me sorprendieran. Subiría, bajaría y hasta planearía. Dejaría que la brisa marcara mi rumbo y me dejaría llevar.

Pero el claustro no tiene salida. No hasta que el sol se esconda y el cielo se convierta en el manto oscuro que nos cubre la cabeza. Ese manto interminable y oscuro donde se posa la luna, luz de noche.

Por ahora solo disfruto desde la ventana. Yo adentro y el mundo allá afuera.

Escuché al pasar ....

"No es importante cuanto vivas, sino como viviste el tiempo que te tocó vivir"