Ella se movía con seguridad. Entro al despacho sigilosamente pero decidida. Se paro frente al escritorio y apoyo las manos sobre el.
Ella llevaba una falda negra y una blusa blanca. Los tacos altos resaltaban sus piernas. Inclinó el cuerpo hacia delante. El sorprendido, saco los ojos del monitor. No esperaba una interrupción, y menos de ella.
Se conocía hacía años. Ella estaba detrás de los detalles. Quien no la conocía podía pensar que se ocupaba de el con obsesión. Pero no. Ella encaraba así todos los vínculos, todas las tareas.
Él tenia 50 y tantos y estaba felizmente casado. Solo alguien tan cercano como ella conocía como eran las cosas realmente.
La miró asombrado por encima de los lentes y con los ojos marrones bien abiertos. El llevaba un traje oscuro y zapatos bien lustrados que lo hacían lucir más alto. Era detallista en extremo.
Ella lo miró a los ojos y mientras una lagrima rodaba por su mejilla, se acercó a el y lo beso en los labios. Su beso fue tierno y breve. Mas de lo que ella hubiera querido. Y dejando un papel sobre el escritorio, se dio vuelta y se marchó.
Él la siguió con la mirada sin entender. No esperaba ese beso. No esperaba esa reacción. A decir verdad, no esperaba nada.
Cuando pudo volver en sí tomó la hoja que había dejado delante suyo y la observó. La letra era clara y redonda. Le costo fijar la mirada y prestar atención al contenido de la misma, y cuando lo hizo dudo de los que sus ojos leían...
Por su cabeza pasaron imágenes variadas, olores, colores y sonidos. Por la de ella solo la angustia. Se llevaba consigo el sabor de sus labios, pero nada más. En tanto tiempo ella había amado por los 2, ilusionándose con un mañana.
Ella llevaba una falda negra y una blusa blanca. Los tacos altos resaltaban sus piernas. Inclinó el cuerpo hacia delante. El sorprendido, saco los ojos del monitor. No esperaba una interrupción, y menos de ella.
Se conocía hacía años. Ella estaba detrás de los detalles. Quien no la conocía podía pensar que se ocupaba de el con obsesión. Pero no. Ella encaraba así todos los vínculos, todas las tareas.
Él tenia 50 y tantos y estaba felizmente casado. Solo alguien tan cercano como ella conocía como eran las cosas realmente.
La miró asombrado por encima de los lentes y con los ojos marrones bien abiertos. El llevaba un traje oscuro y zapatos bien lustrados que lo hacían lucir más alto. Era detallista en extremo.
Ella lo miró a los ojos y mientras una lagrima rodaba por su mejilla, se acercó a el y lo beso en los labios. Su beso fue tierno y breve. Mas de lo que ella hubiera querido. Y dejando un papel sobre el escritorio, se dio vuelta y se marchó.
Él la siguió con la mirada sin entender. No esperaba ese beso. No esperaba esa reacción. A decir verdad, no esperaba nada.
Cuando pudo volver en sí tomó la hoja que había dejado delante suyo y la observó. La letra era clara y redonda. Le costo fijar la mirada y prestar atención al contenido de la misma, y cuando lo hizo dudo de los que sus ojos leían...
Por su cabeza pasaron imágenes variadas, olores, colores y sonidos. Por la de ella solo la angustia. Se llevaba consigo el sabor de sus labios, pero nada más. En tanto tiempo ella había amado por los 2, ilusionándose con un mañana.
Él había vivido su vida, ella solo una fantasía.
4 comentarios:
que bueno! me encanto!
a veces vivimos ilusiones, cosas que no son ciertas, y amamos por otros. Pero eso a la larga solo produce angustia. Yo lo se!
Besos
esto es identico a lo que escribio Piso 93 esta misma semana, pero cuando digo identico, es identico...
serán la misma persona???
Dos pájaros de un tiro.
Ateneaniké:
Bienvenida! Espero seguir viendote por estos lados.
Swimming in a fish bowl,
Gracias por el dato, aunque no lo conozco. Pasame el link así lo leo.
Serrat&sabina:
Bienvenido al blog!
Saludos,
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