Me gusta ver en el colectivo cómo algunas personas, tan embuidas en lo suyo, se ríen mientras escuchan la radio a través de los headphones o se les cae alguna lágrima al leer un libro.
Ella iba parada en la parte trasera del colectivo, al mismo tiempo que se tomaba del pasamanos. El sol entraba por la ventana e iluminaba su rostro. Sus ojos eran color celeste profundo y su tez blanca. Tenía una mirada pícara y sencilla. El cabello, castaño, caía sobre sus hombres y espalda de forma casual. La ví sonreir, seguramente a causa de algún chiste escuchado en la radio, y se le hicieron unos oyuelos en las mejillas. Realmente fue una imagen preciosa: su sonrisa, esa mirada traviesa y esa frescura... esa frescura y espontáneidad que tanto me gusta y es tan dificil encontrar.
viernes, 21 de agosto de 2009
martes, 18 de agosto de 2009
Ni fu ni fa
Hoy tengo uno de esos dias. Si, esos dias que parecen grises pero no lo son. Esos días que uno catalogaría de tristes, aunque no llegan a serlo. Si si, esos días que no son ni chicha ni limonada pero uno se pregunta porque me levante.
Mail nefastos, preguntas molestas, caras de fastidio y malestar. Ganas de salir corriendo, o tal vez caminando despacito y sin que nadie lo note. Primero un paso luego otro y cuando uno quiere darse cuenta, estas afuera y camino a tu casa.
Daría todo por mi cama y un abrazo. Por cerrar los ojos y olvidarme del mundo por un rato. Por poder caminar sin estar pendiente del reloj. Por poder cocinar con tiempo. Por poder quedarme en el living lijando la mesa. Por poder ir a canto 2 veces por semana y tomar clases de pintura. Por sacar las obligaciones y deberes de mi cabeza. Por poder pensar en mí. Por escucharme.
Mail nefastos, preguntas molestas, caras de fastidio y malestar. Ganas de salir corriendo, o tal vez caminando despacito y sin que nadie lo note. Primero un paso luego otro y cuando uno quiere darse cuenta, estas afuera y camino a tu casa.
Daría todo por mi cama y un abrazo. Por cerrar los ojos y olvidarme del mundo por un rato. Por poder caminar sin estar pendiente del reloj. Por poder cocinar con tiempo. Por poder quedarme en el living lijando la mesa. Por poder ir a canto 2 veces por semana y tomar clases de pintura. Por sacar las obligaciones y deberes de mi cabeza. Por poder pensar en mí. Por escucharme.
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Escuché al pasar ....
"No es importante cuanto vivas, sino como viviste el tiempo que te tocó vivir"